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abril 06, 2008

Tu, la Novia que nunca fuiste y Yo, el Novio que nunca seré

Hace unos meses, y acompañados de varias latas de cervezas, un viejo amigo -Lu- y yo tuvimos una conversa, a la que siempre vuelvo cuando el corazón me da de pataditas. Resulta pues que años atrás, la química que nos envolvía era tan ambivalente como la opción política de varios de nuestros congresistas.

Cruzábamos miradas de manera jodida, nos buscábamos por sonseras, nos reíamos de tonterías y las chelas siempre nos ponían a tono. Pero él, se encargaba de restregarme en la cara que ya había conocido al amor de su vida, osea, entérate Mili, que tú solo eras un gusto. You go it? Sin embargo, han pasado años de eso, y durante este verano, la química parecía encenderse de nuevo, pero esta vez, con bajos niveles de pirotecnia. El asunto que me rondaba el cerebro mas que el bobo era: ¿Siempre existirá esa química que hubo alguna vez entre dos personas, aún cuando sus vidas puedan desarrollarse a millones de kilómetros y existan otros personajes en sus historias?

La veritas era que para cuando tuvimos esa conversa, yo ya no sentía esas mariposas que, años atrás, pudieron lanzarme a sus brazos con el firme propósito de mandar a mudar a la susodicha dentro de su corazón. No puedo negar que aún me parecía un tío interesante (sólo con él me puedo sentir ignorante de varios temas) pero lo veía y algo en él no me cuajaba. Las chelas iban y venían y esperaba que hicieran efectos para poder cerrarle los labios con un beso y sentir lo que alguna vez nos mantuvo sin habla por varios minutos, sin embargo, eso nunca ocurrió.

Ambos coincidíamos que las oportunidades de fusionar nuestros caminos nunca fueron las ideales, pero también caimos en un mutuo reproche de que nunca nadie hizo más de la cuenta por sobrepasar la barrera de los 'amigos con ganas'. Palteos superados, la conversa fue relajada y sazonada con varias risas de por medio y miradas honestas, pero yo seguía preguntándome, ¿a donde se fueron esas fucking mariposas, que muchas veces me hacían parecer una estúpida frente a él y que me hacían ensayar respuestas edulcorantes, en caso él se animáse a decirme si quería ser su novia? No había. No more.

No puedo negar que quería verlo con otros ojos, quería que funcionase, aunque sea sólo por esa noche, pero mi cabeza y los tumbos de mi corazón -para esas fechas- ya tenían nombre y apellido. Recordaba además, ya rumbo a casa, las veces en que terminaba una relación (o me terminaban) con el firme propósito de quedar como amigos. Me preguntaba, si acaso volvía a ver a alguno de mis novios, si aún existiría esa química que nos unió. Si bien es cierto, Lu nunca fue mi ex, estuvimos cerca de serlo, pero no. No obstante, luego de esa conversa sí sentía que podía verlo como amigo, que las mariposas ya se mandaron a mudar hace rato y que nuestra química, con el paso de los años, no será mas que un buen recuerdo.

No hemos vuelto a tener una conversa tan intensa como aquella, además él ahora anda encandilado con una nueva relación y yo por otros lares. Sin embargo, si me atrevo a concebir la idea que lo que no fue en su momento, nunca será, por tanto la frase con la que cerró aquella noche de verano no pudo ser mejor: 'Tú eres la novia que nunca fuiste y yo, el novio que nunca seré'.

Celos de una BiGirl

He aquí una colaboración solidaria de Stinky, amiga de Helga y su particular punto de vista acerca de los celos de los que ha sido presa!!!! osea.... SIN COMENTARIOS.
¿Quién las entiende? Creo que no hay nada peor que una amiga bisexual o lesbiana celosa.
Los celos de estas peculiares amigas, creo saber y poder afirmar, que ¡son peores que los celos masculinos!

He aquí mi hipótesis: una amiga bisexual o lesbiana no sólo te ve como una simple amiga con la cual puedes chismear o reírte, sino como una potencial conquista, agarre, tire o posiblemente…novia.

Entonces, ¿Qué pasa cuando conoces a otra chica fulanita? Te haces amiga de ella, se llevan de puta madre, se ríen, son uña y mugre, todo muy lindo. Aquí empieza el drama, si así como lo leíste, D-R-A-M-A.

He divido los celos en 4 etapas: la primera etapa, conoce a mi nueva amiga.
Claro, nosotras las chicas nos contamos todo entre amigas, entonces, porque excluir de contarle lo genial que te llevas con fulanita a tu amiga. He aquí el comienzo, pues a tu amiga, fulanita no le cae bien, entonces empezará con los comentarios irónicos y sarcásticos para hacerte sentir su molestia.: “Claro, ahora vas al shopping con fulanita.” “ Ah si, el otro día con fulanita bla bla.” Yo deduzco que lo que le pasa a ella es como una especie de erupción interna de celos que va descargando mediante sus comentarios acerca de fulanita.

Una vez pasada esta etapa, donde claro, tu te das cuenta de la actitud que tiene hacia ti, le planteas cuál es su problema, porque tanta bronca hacia fulanita. Etapa número 2: ¡Me siento reemplazada! ¡PLOP!

O sea, ante semejante revelación, lo único que te queda decirle es que no piense eso porque tu la sigues queriendo como amiga, que las cosas no han cambiado de tu parte, que nunca la vas a reemplazar, etc. Todo ese rollo que suena a floro barato pero que es cierto pues ¿no?

Bueno, listo, según tú, problema resuelto, borrón y cuenta nueva…pero NO!!!!! Esto da solo el pie a la tercera etapa de esta cadena celosa. La próxima vez que quieras contarle algo sobre fulanita automáticamente ocurrirá el distanciamiento. Tu amiga deja de llamarte, de responder tus mensajes, mails o cualquier otro medio de comunicación posible. Simplemente desaparece del mapa para hacerte sentir su ausencia y de cierto modo cierto grado de culpabilidad por haberla dejado de lado. Te invaden los pensamientos: “ Pucha, la hice sentir mal.” “Fácil si la he dejado de lado”. Objetivo cumplido, te hizo sentir culpable.

Una semana, 10 mails, 5 llamadas y 20 mensajes de texto, la amiga aparece diciendo que tuvo una semana muy ocupada. Obviamente tu la abordas y le pides perdón una vez más (claro, te sientes culpable) ella te dice que esta todo bien, como que no es gran cosa, es más ya se olvidó del tema y es aquí donde viene la cuarta y última etapa: La pelea.

Tu amiga ahora te habla con indiferencia, te hace creer que no le importa y que el ataque de celos por fulanita ya fue, pero ¡mentira! Tu sabes que no es así por la frialdad con la que te trata y por el 0 % de interés que muestra por saber de ti. Entonces, la que reclama ahora eres tú. Se voltea la tortilla, ahora eres tú quien le reclama su falta de interés, su frialdad hacia contigo, etc. Es ahí donde termina este juego. Ella al oír tus reclamos te habla con una voz de superada y te dice: “Veo que tienes ganas de pelear conmigo, y sinceramente no estoy de humor.” Cuelga el teléfono. ¡RECONTRA PLOP!

Es ahí donde te das cuenta que acabas de ser víctima de un ataque de celos, donde al final la que quedó como histérica, eres tú.

¿Quién las entiende? Yo sinceramente, no. Fui víctima de uno de estos ataques y como experiencia no podía dejar de escribirlo.