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    Hace 14 años

agosto 09, 2009

Y te llamarás Algo

He recibido una propuesta. Y mi respuesta fue: puede ser. Hace algunos años, ya muchos creo, tuve en mente tener cuatro hijos. La edad escogida sería 32 años. Y hasta hice un listado con sus posibles nombres. Caso curioso sin embargo, porque para esa fecha no tenía una mano junto a la mía y menos un perfil de cómo sería el padre de éstos. Simplemente quería ser mamá y si era soltera, quizá un tanto mejor.

Luego, conforme pasaron los años, desarrollé una animadversión (traducción: repulsión, antipatía, rechazo) hacia los niños en general. Era inevitable dispararles miradas furiosas al verlos hacer escándalos o poses de engreimiento, y me dije: ¿niños? OUT.

Sin embargo, cumplidos los 28 años y habiendo estado enamorada, mi perspectiva hacia la maternidad ha tenido un giro, no de 360 grados, pero si algo en mí se despertó. De pronto sentí la curiosidad y sobre todo las ganas de tener algo mío, algo que realmente me demande atención en demasía, una responsabilidad que me regale sonrisas y muchos apachurramientos. Algo que se pareciera a mí pero también a él (ese él, aún por definir). Algo que pudiese compartir con el mundo y compartir el mundo con ese algo. Era raro sentirme así, pero cuando la plática era de dos, lo raro desaparecía.

Mi madre, a mi edad, ya había dado a luz a mi hermano y yo andaba prendida dentro de su panza, y se que ella -muy secretamente- anhelaba eso de mí a estas alturas. Pero mas bien, una mochila y una cámara fotográfica son los elementos que se prenden de mi cuerpo. Un viaje para mí, resulta un pequeño proyecto de vida, una situación que me genera expectativa y de la cual saco mucho provecho y alguna experiencia. Y es ahí donde la idea de ser mamá se va desvaneciendo, opacada por esas ganas locas de comerme el mundo, de saber que un hijo, no es solo un cuerpo, sino todo un ente, toda una vida dependiendo de ti, de tus decisiones, de tus acciones y reacciones, de tus esperanzas y frustraciones, de tus sonrisas y llantos, en fin, ya no eres tú, ahora son dos y quizá tres y cuatro.


Entonces es ahí que ser mamá se convierte en una opción más y ya no es LA opción. Por eso cuando un amigo homosexual, entre broma y broma, me propuso inseminar su esperma en mí, pues muy suelta de huesos dije: "puede ser". Ahora, ser mamá de un niño, cuyo padre biologico es un gay, Dios esto no es una serie norteamericana y yo no soy tan fanática de Michael Jackson, me dije. Pero, no perdamos el paso, que las cosas aún no están resueltas y la vida te regala nuevos personajes, o te devuelve otros y dentro de unos años, quizá esté sosteniendo un biberón con la derecha y tipeando con la izquierda.

Seguro que muchos y muchas dirán es el síndrome de la edad, y quizá lo sea, quizá en efecto empiezan las llamadas del tren, pero más allá de ello, el cambio de perspectiva se dio, y la negación a la maternidad se diluyó. Ahora se presenta esa opción y veremos si se toma o no, o queda simplemente como posibilidad, como tantas que hay. Mientras, alejaos los niños de mí.

¿Qué parte no entendemos?

Más de una vez he sentido haber estado en el momento y lugar indicado, pero escuchando lo totalmente inadecuado y mal que bien, he sacado ganancia de ello. Y es que me he ganado con unos chotes, unas arrochadas, unas choteadas directas y sin anestesia, que aun no entiendo totalmente, porque las mujeres queremos hacerlas pasar por simples excusas, para evitar sentirnos totalmente canceladas.

Presentemos los casos más típicos y marca con una X cuál ha sido el tuyo (pero por supuesto que vale marcar más de uno):

El chote del afán: (Es uno que sabemos que se puede dar en cualquier caso, pero con todo le damos mil vueltas antes de aceptarlo) Conoces a un pata, se caen bien mutuamente, hay una atracción física, su chape de por medio, ya si eres muy lanza su frotación y ya si estás embalada, su respectivo, pero pasan algunos días, quizá semanas y, zas desaparece, no contesta llamadas, ni msjitos de texto, aparece siempre ausente o no disponible en el msn pero su feisbuk está recontra actualizado. ¿qué pasó? te preguntas, organizas un té de tías y entre las amigas expones tu caso. Luego de los primeros comentarios alentadores como: quizá esté ocupado, quizá tiene mucha chamba, quizá está confundido; viene el comentario directo y brutalmente honesto: "Amiga, creo que ya fuiste", traducción!!!!: se aburrió de ti, encontró nuevo point, nuevo lance, nuevo culito. Next! Quizá pasen unos días, semanas en el peor de los casos, y uno también ya lo haya superado.

La choteada del novio (un muy probable próximo ex):Un sábado por la noche, todos el msn contándote sus planes para la noche y a pesar de haber acordado no verse ese fin de semana, tú le timbras al celu (mensajito misio no más, total, el TIENE que devolverte la llamada, no?). Timbras una, dos, cinco, diez veces y nada de nada. Teléfono público, caballero. Metes tu ripio: "¿Aló?" escuchas. "Hola, mi amor, te estoy llamando al celu, ¿dónde andas?". "Ah, sorry, no escuchaba" te responde como las huevas. "¿Qué haces?" replicas tú. "Nada, aquí viendo cable. ¿por?, ¿qué pasó?", frescazo. "No nada, digo, osea ¿no te puedo llamar?, digo, pensaba, como no estaba haciendo nada, a ver si.. no sé... podemos hacer algo", hablas queriendo pasar piola. "Esteeee, pucha, es que ya es tarde..." distraídaso. "Pero un ratito no más", y ahí ya empiezas a ponerte necia. "Si pero, pucha es que no tengo plata... osea... además hace un frío de mierda..." y te va soltando floro tras floro, y tú sigues ahí gastando los céntimos. Me pregunto entonces, ¿Qué parte del NO TE QUIERO VER HOY, no entiendes? o es que a veces la negación puedes ser tomada como una posibilidad o yo estoy loca. Next.

La choteada del ex: (esta si es la más triste y la más yuca de aceptar y claro está tiene múltiples variaciones) Han pasado algunas semanas del rompimiento, ojo, que tú fuiste la choteada, y te preguntas, bien inocente tú, ¿qué estará haciendo fulanito? ¿quizá no esté haciendo nada, y podamos hacer algo como amigos? FALSO. Buscas cualquier floro para incrustarte de nuevo en su vida, a pesar de haber sido espectorada de ella. Primero tanteas por msn, y ¿qué recibes? respuestas cortantes, un sí, un no, un tal vez. Pero nada, uno terca, empieza con los mensajitos de texto, que pueden ser correspondidos hasta que el último que enviaste, se quedo navegando en el ciber espacio y jamás obtuvo respuesta. Pero dale, tu lema es Retroceder nunca, rendirse jamás. Empieza con las llamadas, y tienes suerte, te contesta. Y una tras una tus opciones, las cuales pueden ser de los más craneadas o espontáneas se van cayendo. 'Mmm, no creo que pueda", "Ayer ya salí", "Mmmm pucha no tengo plata", "Mmmmm, es que ya quedé con una gente", "Mmmmm, puede ser, yo te aviso pe" pero son incapaces de decirte: " no podemos hacer nada porque NO QUIERO VERTE MÁS". Y es que no se necesita llegar a eso, o a veces creo que sí, para que entendamos que ya no hay ningún interés por parte de él.

No puedo evitar soltar una sonrisa cachacienta al escuchar alguna de estas frases cuando estoy con amigos, que reciben este tipo de llamadas. Dios, me digo, ¿podemos llegar a esto? ¿podemos tragar saliva y con ella, nuestra autoestima y orgullo con tal de tener la esperanza de no ser choteadas una vez más? ¿cuales son las frases que necesitamos escuchar para darnos por enteradas que ya 'fuimos' en la vida de ciertas personas? Sin embargo, creo que aún si las supiesemos y nos las restreguen en el cacharro una y mil veces, algunas prefieren anchar la vista y seguir con la penitencia. Yo, paso, una vez más.

agosto 04, 2009

Floréame pues!!!!!

De chibola siempre escuché a mi madre decir que desconfiara de aquellos hombres melcochas, que se deshacen en afectos, frases y actitudes dignas de una telellorona mexicana. Al principio, creí que ella había tenido algún trauma con algún tipo así, porque mi padre nunca ha sido un besucón ni apachurrador exhibicionista, pero quizá algún galancete 'mucho floro' le rompió el corazón alguna vez.

Y como yo tampoco soy un dechado de caricias, abrazos y frases amorosas, siempre me resultó chocante ver pelas romanticonas en el cine, escuchar canciones tras las ondas de Radio Ritmo Romántica, (aunque confieso que me vacilaba con la música de Héctor Felipe, en el "Club de los Gatos Enamorados", allá en los 90 por la entrañable 1160) y escribir notitas o cartas de amor a algún afán o noviecillo. Es más, hasta los 25 años, hablar de amor, me resultaba como medio iluso, medio irreal.

Nunca he escrito una carta de amor, e incluso una vez cuando recibí una, no tuve mejor respuesta que decirle al chico que me la dio, que no piense que yo haría lo mismo. Plop, tremenda salvajada que me costó unos meses de indiferencia.

Yo prefería recibir cassettes grabados con mi música favorita o películas o revistas, entradas al cine como recuerdo y etiquetas de chelas autografiadas. Minucias y papeles simplones que para mí eran un tesoro. Sin embargo, confieso haber recibido una que otra carta de amor, las cuales releeo y releeo y cada cual -muy a su estilo- me roban más de una sonrisa.

Sin embargo, dichas cartas son para mí cuestiones muy especiales, pues estos chicos optaron por decirme solo a mi lo que sentían, en su lenguaje, a su estilo, en su gramática y ortografía y eso es lo que me vacila. Pero de un tiempo a esta parte, cuando leo todos los nicks de mis contactos en mi msn, los estados del Facebook, las leyendas de las fotos posteadas, etc. todo me parece tan frívolo, declaraciones de amor infinito y fidelidad absoluta - de ambos sexos- como si quisieran gritarle al mundo lo felices que son, lo enamorados que están, lo edulcorante de sus existencias. Paso.

Mano en el pecho, debo admitir que sí, yo también caí, fui una más. Alguna vez mi nick fue rosa, pero la monería me duró un par de meses, tiempo que duró esa relación. De ahí quedé curada y en mis posteriores relaciones todo fue de lo más normal, sin salpimentadas expresiones de amor consumado o idilica situación.

Sin embargo, inquieta porque varios amigos -incluyendo un ex- se mostraban extremadamente cariñosos con sus parejas a través del msn, facebook, hi 5, etc, empecé a indagar la razón de su querendona actitud y es ahí donde agradecí que en la vida que no me dedicasen muchos posteos, ja.

'Eso es lo que a ustedes les gusta', 'Es solo para que esté tranqui, y no me joda', 'Es para hacerle saber a la otra , que ya fue', 'Por webear, pe', 'Si ella lo pone, faltoso pe que yo no le diga nada', fueron algunas de las respuestas que me soltaron ante la pregunta planteada. Ninguno mencionó, ni por asomo, que lo hacía impulsado por ese amor que profesan tan literalmente. Palabras, palabras y más fucking palabras que son colocadas -a veces con una patética imaginación e inspiración- que son solo floritos concurrentes para que una -idiota también- crea que lo tiene loco.

Ojos bien abiertos pero mente también. Oído a la música y afinen el olfato señoritas, al leer el próximo nick del novio. Indaguen entre sus amistades masculinas la razón de sus nicks y llévense más de una sorpresa, porque ya lo dice un viejo dicho político: HECHOS NO PALABRAS. Fuera florero!