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diciembre 09, 2009

Naturaleza picaflor

Sentada en una clase de sociología hace ya varios años, escuché una frase que comprendería tras algunos interesantes testimonios, que a boca de jarro, profirieron amigos y amigas mías, elevando sus copas y a veces sin el menor reparo: 'El ser humano es infiel por naturaleza'. Soooo, no te sientas mal , si a estas alturas del partido viste florecer algo más que cabello sobre tu cabeza. Lo dijo un profesional de las relaciones sociales, una persona que se ha especializado en estudiar y por tanto comprender, las actitudes y comportamientos establecidos dentro de una sociedad, no cualquier perico de los palotes que, con dos tragos encima, te empieza a florear mismo cómico ambulante para que le sueltes un sencillo.

Al principio, quise objetar esa lapidaria afirmación que mandaba al cacho toda esperanza de ser la única mujer en la vida de un hombre. Pero luego, y tomándomela con calma, la cosa no me pareció tan grave y poniéndome un poco exquisita, citando a Shakeaspeare: 'En la amistad y el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber'. Oído a la música, si la piensas hacer.

No, no te confundas y pienses que esto es una apología a los cachos, solo que tampoco podemos hacernos los angostos y pensar que nuestra media naranja nos es fiel incondicionalmente. Así que, mano en el pecho, has un remember (no, no te busques uno) sino me refiero a que hagas un recordaris , de cuándo es la última vez que tu mente, y siendo los más sanos, solo eso, se posó sobre otra persona que no fuera tu peor es nada. Ajá, aquicito no más, ya pues, entonces de una u otra manera, ya sacaste los pies del plato.

Ahora la cosa parece tener niveles, según un amigo conspícuo en la materia. La idea no es pregonar a los cuatro vientos lo pendenciero que eres y hacerte de famita. No, la cuestión va en dirección contraria. La infidelidad, según él, tiene que ser super caleta, y si es entre amigos, mucho mejor, así te puede tapar la cochinada, bajo la premisa que entre amigos, se perdona todo. Y esto va, para ambos casos, seas tu la pendenciera o el pendenciero insatisfecho.

Cuando escuchaba a mi amigo hablar con tanta naturalidad de la infidelidad (y no se porque se me vino a la mente la imagen del 'payasísimo tramposero' Kike Suero, con su famosa frase: 'ella es mi catedral, las otras mis capillas'), constaté que para algunos hombres, vivir con una infidelidad a cuestas, es como levantarte de la cama y ver que te ha salido un grano. Osea, te dura un poco el cargo de conciencia pero de ahi muere.

Para las mujeres, aquellas que me han comentado que no han podido con la tentación de meter la lengua en boca ajena, o que quizás lo pensaron pero no lo concretaron, una sonrisa nerviosa en su rostro delata algo de culpabilidad en ellas. No piensan confesarlo, pero tampoco se llenan la boca contando la hazaña, a diestra y siniestra. Sospechan que estuvo mal, pero deducen que nada les asegura que ellas no han sido las adornadas en otra oportunidad. Osea , estamos parches.

Por otro lado, no podemos dejar de lado, la platónica idea de que a partir de una infidelidad, pueda resultar una relación. Cuando veo el brillo en los ojos de una amiga, al contarme que pretendió ser infiel o que al final terminó siéndolo y que posiblemente ello se convierta en una relación, unas ganas de meterle un lapo en la cara limpia recorren todo mi cuerpo. Una infidelidad, para mí, es un momento de debilidad, de vulnerabilidad en la que tus sentidos te dominan, y la razón se queda en el último sorbo del vaso. Las ilusiones y deseos reprimidos también juegan en tu contra y el éxtasis del momento es la burbuja que, en alguna circusntancia, compartiste en la complicidad de tu relación formal. Osea NO WAY , que de ella salga tu próxima relación.

Además de una cuestión meramente arriolona y de 'pasarla bien', la infidelidad, según mi profe de sociología, se justificaba en tanto, un ser humano es incapaz de satisfacer a otro a plenitud. ¿¿¿Osea entonces ese floro que escuchamos en cuanta boda nos inviten, acerca de ser el uno para el otro, es tremendo cuento moralista y solo los empila para estar sonrientes en la foto???. Fuck.

A mi parecer, ello es obvio. Ninguna persona nos puede complementar en un 100%. Siempre admiramos y deseamos las características, los anhelos, las actitudes y obviamente las formas de otras personas, quien diga que no es así, pues que no se haga el pelotudo o pelotuda pensando en que quedará bien. Ahora ello tampoco justifica que cojas tu carrito en el supermercado y empieces a probar a diestra y siniestra, lo que hay en el mostrador. Es una cuestión de actitud, de ver y no tocar, de admirar y no meter diente.

Con todo lo dicho, cometida la infidelidad, perdonarla, es otro cantar, pues más allá de zurrarse en todas las murmuraciones que ello acarrea, el perdón -considero- debería ser una actitud que no presione al corazón - ya muy cagado para ese entonces- sino una tocada de puerta a la razón y una mirada al interior de uno mismo para saber en qué la cagué o qué la podría estar cagando.

Las infidelidades, si ocurren por estar en la naturaleza del ser humano, así como una violencia innata o un morbo enfermizo, creo que pueden ser controladas. Ya si resulta que tus instintos sexuales dominan tu ser, anda a bañarte con agua fría, o simplemente deja colgado el cartel de compromiso y dale trámite a cuanto calzón y/o calzoncillo se te cruce. ¡¡¡¡ENFERMAZO (A)!!!!!

diciembre 04, 2009

¿Soy demasiado inocente o un tarado?

¿Será que algunos nacimos sin intuición o será que nos da flojera desarrollarla? Invito un cevichito a quien me responda esta pregunta en cuestión de segundos.

Era la sobremesa de un almuerzo dominguero y tras conversar acerca de las relaciones amorosas finiquitadas, mi viejo me soltó una frase lapidaria que me dejó pensando. 'Bueno, tú como mujer, debes tener ese sexto sentido, esa intuición pues que te dice si vale la pena o no', zas, soltó la perla y yo quedé como globo desinflado en mitad de la fiesta infantil.

Osea yo, COMO MUJER, debería saber cómo actuar en determinada situación. ¿¿¿Juat??? no encuentro esa parte en mi manual de existencia, vine fallada o está ahí durmiendo el sueño de los justos. Pero como nada es tan dramático en esta vida y yo le sacó la lengua cada vez que pueda, ayer, por msn, tuve una conversación que me dio un aliento de suspiro.

Un amigo me contaba que no sabía cómo identificar si una flaca le correspondía en las atenciones, es decir, en cristiano perucho, no sabía si le paraba bola o estaba cagando fuera del water. Hice las veces de experimentada muchacha, y le dije es que eso es OBVIO, se llama intuición pues y de pronto, me reí sola.

Y es que a veces uno pues patina en las relaciones y parece no darse cuenta y se vuelve a chocar con el mismo poste, metros más adelante. Y jode. Y duele. Pero hay cuestiones básicas que considero tener en cuenta en el momento del gileo:

Las miradas: no nos dejemos engañar. Hay miradas y miradas. Están las tiernas, de esas que traducidas son 'me haces recordar a alguien'o 'que lindo chico (a)' pero nada más, es como si vieras un perrito tierno que lo quieres apapuchar pero no llevar a casa. Muchas veces confundimos estas miradas con que esta wona se caga por mí, o este won me desea un webo. Y no es así. Es rico intercambiar miradas pero, éstas no pueden ser el único indicativo para tirarte a la piscina.

Los sms: OJO, que te respondan los sms no implica atención 'preferencial', a veces uno responde sms porque se está aburridaso en la combi, esperando en el banco o simplemente no tienes sueño. Que te llegue un msjito preguntando cómo va tu día, ese es otro cantar, pues los amigos, generalmente misios, les importa un comino cómo va tu día y lo único que hacen es mandarte sms misios para que les devuelvas la llamada.

Las salidas: Si una flaca o flaco no te hace tanto drama porque lo cancelaste entonces FUISTE!!! Si una flaca o flaco te interroga 'n' veces por la cancelación e incluso te da alternativas para poder resarcirte, entonces puedes irte por la tangente y planificar algo más chévere. Pero, deja que ella o él lo proponga, si vuelves a proponer caerás cargoso o cargosa y te venderás más barato que calzón amarillo en año nuevo.

Mi amigo decía que algunos amigos suyos le habían dicho que tenía que diseñar una estrategia para que la flaca caiga. Pero él, consideraba que mejor él mismo era y ganadazo, él, se dejaba de sonseras y a las dos semanas de conocerla se le mandaba. En ese momento me provocó meterle un lapo virtual y decirle, '¿qué parte de usar la intuición NO entendiste?'. En la vida uno no puede ir, lararareando, con el corazón abierto, diciéndole a todo el mundo, 'oye me gustas', no sobre todo, si eres de los que juega limpio y estás buscando una relación. Esa actitud déjasela a los y las oportunistas de discoteca que salen de cacería todos los fines de semana, no para un gato techero que husmea en casa ajena, solapado.

Fácil es hablar, díficil actuar y sobre todo acertar. Pero hay señales y señales. Dos chotes consecutivos y paro la mano, y no me salgas con la excusa de que 'somos amigos, nada más', porque la relación amical soporta y soporta, sin reclamos, sin angustias, sin presiones.

A trabajar más en esa destreza intituitiva que nos haces brincar de felicidad cuando la chuntas o nos hace pasar más roche que selección nacional de fútbol en eliminitorias mundialistas. En el ensayo está la obtención de la fórmula perfecta, me dijeron una vez. Sabias palabras que han de aplicarse mezclando, en ídoneas proporciones, los ingredientes adecuados.

Solita me jaraneo

Este año, ha sido un año casamentero. Amigas muy cercanas han dado el gran paso y saltado la yarda. Y así, poco a poco, voy coleccionando partes y pases para las consiguientes recepciones. Sin embargo, parece haberse instaurado una nueva regla entre las chicas solteras que son invitadas a dichos eventos: llevar pareja.

En algunos matrimonios he llevado al novio de turno, en otros le pasé la voz a unos amigos, y pusieron excusas para no acompañarme y por último, invité a un chico con el que 'pasaba algo' y también recibí una negativa. Fue entonces que decidí aplicar la ley: 'Solita me jaraneo' y no busco más acompañante.

No obstante, algunas de mis amigas sienten la presión de ir acompañadas para pasarla bien. De hecho que con pareja al lado, las piezas bailables están aseguradas, así no te quedas planchando o viendo cómo tu amiga la pasa de chape en chape con el enamorado, lo cual puede resultarte frustrante si el pata que te vacila te estuvo paseando por días hasta que te dijo 'no la hago' o más cagón aún , te suelta un 'naaa, es mucho compromiso'.

Los amigos gays pueden ser una simpática alternativa para no aparecerte con cara de perdida en la iglesia o en el mismo tono. Sin embargo se corre el riesgo que terminen aburriéndose por no encontrar 'un punto' o la comida les parezca poco nice o quizá para tu total desgracia, sí encuentren 'un punto', se embriaguen y terminen embarcándote en un taxi antes de que el tono termine.

Otro cantar es la presión que sientes de que todo el mundo sabe que estás saliendo con alguien, por tanto, ese jijuna NO puede hacerte un desplante, ¿entiendes?. Tiene que ir sí o sí. Si te sale que 'no tengo corbata', zas, te apareces con la corbata, 'que mi terno está sucio, tengo que mandarlo a lavar', zas se lo llevas a la lavandería, 'ta que no me pagan hasta fin de mes no tengo pa'l taxi', es tu tono, tú pones todo. Y pa concha, el muy gil se aparece tarde en la iglesia, porque -tú sabes, pes mucho compromiso, eso de ir a la iglesia, pero bueno- entonces antes de que te de una torticolis por estar buscándolo entre la multitud con ojos de carnero degollado, tragas saliva para que el hijo de su mamá aparezca, y noquedes en roche frente a tus amigas.

Dios cuánta angustia, yo paso. Mi madre siempre dice, la idea de ir a un matrimonio sola es ir a conocer chicos solos. Pero hasta la fecha y con 8 partes coleccionados, no he conocido pero ni al mesero que, tan amablemente, me ofrecía más cocktail. Y es que la idea es disfrutar de la felicidad de la novia o el novio, de comer, beber y bailar rico, no de angustiarse por quien estará a tu lado, cogiéndote la mano.

Si es de bailar, pues se baila en grupo, se le roba al novio a las amigas por un ratín y se baila un perreo con mucho sandungueo y en buena onda. Total entre baile oficial, comelona, fotos, discursos, brindis y de más menjunjes se pasa el 60 por ciento del matri y el 40% restante que quede pa gozar de la fiesta y el raje respectivo, o ¿me vas a decir que te la pasas rezando? Joder... que aburrida eres.

El hombre que yo amo

En mi chiquititud, las semanas santas para mí se convertían en un tormento. Era moco y baba en esos días y no precisamente porque sintiera gran apego católico sino porque ver la imagen de un hombre con barba y sobre todo bigote, salvajemente castigado, me afectaba en demasía. No podía contener las lágrimas en las cuchucientas películas bíblicas que proyectaban una y otra vez, porque para mí, aquel hombre de bigote, se asemejaba mucho a mi viejo.

Papá ha sido uno de los pocos hombres de mi vida que me ha dicho no a algunas de mis peticiones. Es más creo que decirme no, le causa intranquilidad mas que sufrimiento. De niña, era mi soporte cuando estaba con la huacha floja o tenía vómitos o simplemente me quedaba dormida en cama ajena. Papá siempre ha querido que esté bien, que esté tranquila. Pero se la he puesto difícil y quizá mis actitudes le han demostrado que, la tranquilidad para mí, tiene otro significado.

Papá ha esperado que, a estas alturas del partido, tenga una trabajo estable, le presente un novio casamentero, esté al volante de un Toyota Yaris y empiece la proyección de la compra del depa y por ende, anuncie la llegada del primer nieto. Pero todo ello, parece estar muy lejos de lo que yo tengo proyectado en esta vida, quizá en otra sí, pero en ésta, las cartas son otras.

Papá me ha tenido paciencia, y yo diría bastante, porque sabe lo intolerante que soy. Por eso cuando le grito, trato de morderme la lengua y tragar saliva. Papá me ha visto llorar de alegría y también de tristeza y yo también le he secado algunas lágrimas antes de que le mojen el bigote. Papá jamás ha criticado -aunque solo en son de broma- a algunos de mis novios, es más les ha puesto chapas, y me ha dicho frases pacienzudas cuando, en más de una oportunidad, le he comentado que he querido estamparlos en la pared.

A través de él, de sus actos a veces distraídos, poco galantes y atentos, de sus comentarios fríos y prácticos, de sus frases alentadoras y complacientes y de sus caricias tiernas y precisas, he podido comprender más a los hombres. He pensado en él y he reflexionado a través de sus actitudes para con mi vieja, que él no escapa de la generalidad: 'así son los hombres'. Generalidad que a veces incomoda y molesta, pero que es algo ya de género y no de personalidad. Papá comparte con mi hermano, mis amigos, mis jefes, mis ex novios, las características que de los hombres, a nosotras, nos sacan de quicio. Pero por eso siento que estar cerca a él es un ejercicio constante de aprender más a tolerar a los hombres. Lo veo envejecer a mi lado, y cada actitud, que me pueda exasperar, me es más fácil de comprender en los chicos de mi edad.

Mamá reniega de su poca iniciativa, de su desgano, de su pachocha, de su indecisión, de sus ganas de dormir por horas, de su desorden al momento de cocinar y luego de renegar tanto, solo le resta suspirar y saber que papá no va a cambiar y que pasará el resto de su vida con él, soportándolo hasta que la muerte los separe, tal y cual lo proyectaron hace ya 31 años.

Conclusión: Ya no quiero estar con un hombre que se parezca a mi papá, tal y como pregonábamos cuando éramos niñas, porque ya lo tengo a él y con eso me basta. Quiero un hombre que cuando lo vea, sonría, piense en mi papá y diga, ya no importa, deja eso ahí, vamos a ver la tele.

agosto 09, 2009

Y te llamarás Algo

He recibido una propuesta. Y mi respuesta fue: puede ser. Hace algunos años, ya muchos creo, tuve en mente tener cuatro hijos. La edad escogida sería 32 años. Y hasta hice un listado con sus posibles nombres. Caso curioso sin embargo, porque para esa fecha no tenía una mano junto a la mía y menos un perfil de cómo sería el padre de éstos. Simplemente quería ser mamá y si era soltera, quizá un tanto mejor.

Luego, conforme pasaron los años, desarrollé una animadversión (traducción: repulsión, antipatía, rechazo) hacia los niños en general. Era inevitable dispararles miradas furiosas al verlos hacer escándalos o poses de engreimiento, y me dije: ¿niños? OUT.

Sin embargo, cumplidos los 28 años y habiendo estado enamorada, mi perspectiva hacia la maternidad ha tenido un giro, no de 360 grados, pero si algo en mí se despertó. De pronto sentí la curiosidad y sobre todo las ganas de tener algo mío, algo que realmente me demande atención en demasía, una responsabilidad que me regale sonrisas y muchos apachurramientos. Algo que se pareciera a mí pero también a él (ese él, aún por definir). Algo que pudiese compartir con el mundo y compartir el mundo con ese algo. Era raro sentirme así, pero cuando la plática era de dos, lo raro desaparecía.

Mi madre, a mi edad, ya había dado a luz a mi hermano y yo andaba prendida dentro de su panza, y se que ella -muy secretamente- anhelaba eso de mí a estas alturas. Pero mas bien, una mochila y una cámara fotográfica son los elementos que se prenden de mi cuerpo. Un viaje para mí, resulta un pequeño proyecto de vida, una situación que me genera expectativa y de la cual saco mucho provecho y alguna experiencia. Y es ahí donde la idea de ser mamá se va desvaneciendo, opacada por esas ganas locas de comerme el mundo, de saber que un hijo, no es solo un cuerpo, sino todo un ente, toda una vida dependiendo de ti, de tus decisiones, de tus acciones y reacciones, de tus esperanzas y frustraciones, de tus sonrisas y llantos, en fin, ya no eres tú, ahora son dos y quizá tres y cuatro.


Entonces es ahí que ser mamá se convierte en una opción más y ya no es LA opción. Por eso cuando un amigo homosexual, entre broma y broma, me propuso inseminar su esperma en mí, pues muy suelta de huesos dije: "puede ser". Ahora, ser mamá de un niño, cuyo padre biologico es un gay, Dios esto no es una serie norteamericana y yo no soy tan fanática de Michael Jackson, me dije. Pero, no perdamos el paso, que las cosas aún no están resueltas y la vida te regala nuevos personajes, o te devuelve otros y dentro de unos años, quizá esté sosteniendo un biberón con la derecha y tipeando con la izquierda.

Seguro que muchos y muchas dirán es el síndrome de la edad, y quizá lo sea, quizá en efecto empiezan las llamadas del tren, pero más allá de ello, el cambio de perspectiva se dio, y la negación a la maternidad se diluyó. Ahora se presenta esa opción y veremos si se toma o no, o queda simplemente como posibilidad, como tantas que hay. Mientras, alejaos los niños de mí.

¿Qué parte no entendemos?

Más de una vez he sentido haber estado en el momento y lugar indicado, pero escuchando lo totalmente inadecuado y mal que bien, he sacado ganancia de ello. Y es que me he ganado con unos chotes, unas arrochadas, unas choteadas directas y sin anestesia, que aun no entiendo totalmente, porque las mujeres queremos hacerlas pasar por simples excusas, para evitar sentirnos totalmente canceladas.

Presentemos los casos más típicos y marca con una X cuál ha sido el tuyo (pero por supuesto que vale marcar más de uno):

El chote del afán: (Es uno que sabemos que se puede dar en cualquier caso, pero con todo le damos mil vueltas antes de aceptarlo) Conoces a un pata, se caen bien mutuamente, hay una atracción física, su chape de por medio, ya si eres muy lanza su frotación y ya si estás embalada, su respectivo, pero pasan algunos días, quizá semanas y, zas desaparece, no contesta llamadas, ni msjitos de texto, aparece siempre ausente o no disponible en el msn pero su feisbuk está recontra actualizado. ¿qué pasó? te preguntas, organizas un té de tías y entre las amigas expones tu caso. Luego de los primeros comentarios alentadores como: quizá esté ocupado, quizá tiene mucha chamba, quizá está confundido; viene el comentario directo y brutalmente honesto: "Amiga, creo que ya fuiste", traducción!!!!: se aburrió de ti, encontró nuevo point, nuevo lance, nuevo culito. Next! Quizá pasen unos días, semanas en el peor de los casos, y uno también ya lo haya superado.

La choteada del novio (un muy probable próximo ex):Un sábado por la noche, todos el msn contándote sus planes para la noche y a pesar de haber acordado no verse ese fin de semana, tú le timbras al celu (mensajito misio no más, total, el TIENE que devolverte la llamada, no?). Timbras una, dos, cinco, diez veces y nada de nada. Teléfono público, caballero. Metes tu ripio: "¿Aló?" escuchas. "Hola, mi amor, te estoy llamando al celu, ¿dónde andas?". "Ah, sorry, no escuchaba" te responde como las huevas. "¿Qué haces?" replicas tú. "Nada, aquí viendo cable. ¿por?, ¿qué pasó?", frescazo. "No nada, digo, osea ¿no te puedo llamar?, digo, pensaba, como no estaba haciendo nada, a ver si.. no sé... podemos hacer algo", hablas queriendo pasar piola. "Esteeee, pucha, es que ya es tarde..." distraídaso. "Pero un ratito no más", y ahí ya empiezas a ponerte necia. "Si pero, pucha es que no tengo plata... osea... además hace un frío de mierda..." y te va soltando floro tras floro, y tú sigues ahí gastando los céntimos. Me pregunto entonces, ¿Qué parte del NO TE QUIERO VER HOY, no entiendes? o es que a veces la negación puedes ser tomada como una posibilidad o yo estoy loca. Next.

La choteada del ex: (esta si es la más triste y la más yuca de aceptar y claro está tiene múltiples variaciones) Han pasado algunas semanas del rompimiento, ojo, que tú fuiste la choteada, y te preguntas, bien inocente tú, ¿qué estará haciendo fulanito? ¿quizá no esté haciendo nada, y podamos hacer algo como amigos? FALSO. Buscas cualquier floro para incrustarte de nuevo en su vida, a pesar de haber sido espectorada de ella. Primero tanteas por msn, y ¿qué recibes? respuestas cortantes, un sí, un no, un tal vez. Pero nada, uno terca, empieza con los mensajitos de texto, que pueden ser correspondidos hasta que el último que enviaste, se quedo navegando en el ciber espacio y jamás obtuvo respuesta. Pero dale, tu lema es Retroceder nunca, rendirse jamás. Empieza con las llamadas, y tienes suerte, te contesta. Y una tras una tus opciones, las cuales pueden ser de los más craneadas o espontáneas se van cayendo. 'Mmm, no creo que pueda", "Ayer ya salí", "Mmmm pucha no tengo plata", "Mmmmm, es que ya quedé con una gente", "Mmmmm, puede ser, yo te aviso pe" pero son incapaces de decirte: " no podemos hacer nada porque NO QUIERO VERTE MÁS". Y es que no se necesita llegar a eso, o a veces creo que sí, para que entendamos que ya no hay ningún interés por parte de él.

No puedo evitar soltar una sonrisa cachacienta al escuchar alguna de estas frases cuando estoy con amigos, que reciben este tipo de llamadas. Dios, me digo, ¿podemos llegar a esto? ¿podemos tragar saliva y con ella, nuestra autoestima y orgullo con tal de tener la esperanza de no ser choteadas una vez más? ¿cuales son las frases que necesitamos escuchar para darnos por enteradas que ya 'fuimos' en la vida de ciertas personas? Sin embargo, creo que aún si las supiesemos y nos las restreguen en el cacharro una y mil veces, algunas prefieren anchar la vista y seguir con la penitencia. Yo, paso, una vez más.

agosto 04, 2009

Floréame pues!!!!!

De chibola siempre escuché a mi madre decir que desconfiara de aquellos hombres melcochas, que se deshacen en afectos, frases y actitudes dignas de una telellorona mexicana. Al principio, creí que ella había tenido algún trauma con algún tipo así, porque mi padre nunca ha sido un besucón ni apachurrador exhibicionista, pero quizá algún galancete 'mucho floro' le rompió el corazón alguna vez.

Y como yo tampoco soy un dechado de caricias, abrazos y frases amorosas, siempre me resultó chocante ver pelas romanticonas en el cine, escuchar canciones tras las ondas de Radio Ritmo Romántica, (aunque confieso que me vacilaba con la música de Héctor Felipe, en el "Club de los Gatos Enamorados", allá en los 90 por la entrañable 1160) y escribir notitas o cartas de amor a algún afán o noviecillo. Es más, hasta los 25 años, hablar de amor, me resultaba como medio iluso, medio irreal.

Nunca he escrito una carta de amor, e incluso una vez cuando recibí una, no tuve mejor respuesta que decirle al chico que me la dio, que no piense que yo haría lo mismo. Plop, tremenda salvajada que me costó unos meses de indiferencia.

Yo prefería recibir cassettes grabados con mi música favorita o películas o revistas, entradas al cine como recuerdo y etiquetas de chelas autografiadas. Minucias y papeles simplones que para mí eran un tesoro. Sin embargo, confieso haber recibido una que otra carta de amor, las cuales releeo y releeo y cada cual -muy a su estilo- me roban más de una sonrisa.

Sin embargo, dichas cartas son para mí cuestiones muy especiales, pues estos chicos optaron por decirme solo a mi lo que sentían, en su lenguaje, a su estilo, en su gramática y ortografía y eso es lo que me vacila. Pero de un tiempo a esta parte, cuando leo todos los nicks de mis contactos en mi msn, los estados del Facebook, las leyendas de las fotos posteadas, etc. todo me parece tan frívolo, declaraciones de amor infinito y fidelidad absoluta - de ambos sexos- como si quisieran gritarle al mundo lo felices que son, lo enamorados que están, lo edulcorante de sus existencias. Paso.

Mano en el pecho, debo admitir que sí, yo también caí, fui una más. Alguna vez mi nick fue rosa, pero la monería me duró un par de meses, tiempo que duró esa relación. De ahí quedé curada y en mis posteriores relaciones todo fue de lo más normal, sin salpimentadas expresiones de amor consumado o idilica situación.

Sin embargo, inquieta porque varios amigos -incluyendo un ex- se mostraban extremadamente cariñosos con sus parejas a través del msn, facebook, hi 5, etc, empecé a indagar la razón de su querendona actitud y es ahí donde agradecí que en la vida que no me dedicasen muchos posteos, ja.

'Eso es lo que a ustedes les gusta', 'Es solo para que esté tranqui, y no me joda', 'Es para hacerle saber a la otra , que ya fue', 'Por webear, pe', 'Si ella lo pone, faltoso pe que yo no le diga nada', fueron algunas de las respuestas que me soltaron ante la pregunta planteada. Ninguno mencionó, ni por asomo, que lo hacía impulsado por ese amor que profesan tan literalmente. Palabras, palabras y más fucking palabras que son colocadas -a veces con una patética imaginación e inspiración- que son solo floritos concurrentes para que una -idiota también- crea que lo tiene loco.

Ojos bien abiertos pero mente también. Oído a la música y afinen el olfato señoritas, al leer el próximo nick del novio. Indaguen entre sus amistades masculinas la razón de sus nicks y llévense más de una sorpresa, porque ya lo dice un viejo dicho político: HECHOS NO PALABRAS. Fuera florero!

junio 27, 2009

Patanescos gustos

¿Patán o galan? o mejor ¿galán disfrazado de patán? o quizá ¿patán disfrazado de galán? WTF???? al final, es solo cuestión de suerte o ya ni eso. Quizá sea cuestión de analizar, empujando las nubecillas que la ilusión sagazmente nos empieza a poner frente a los ojos, e ir conociendo a esa persona que va volviendose más que un gusto.


¿Luego de escuchar tantas veces la ridícula filosofía del 'amor serrano'(más te pego, más te quiero)empecé a preguntarme si en efecto, las mujeres tenemos una deficiencia cerebral o quizá emocional, que hace que nos fijemos en tipos que más allá de robarnos sonrisas y brindarnos momentos de placer, tienen una actitud patanesca y rufiana. En otras palabras, una actitud bastante alejada del caballero con el que soñamos de niñas y que nos desposará sin habernos mandado al cuerno más de una vez.


¿Sin embargo, me sorprendí cuando escuché a más de una, decir que no sabían qué cosa tenía, tal o cual pata que, a pesar de que sea un maldito, patán, incumplido, florero, sinverguenza y hasta jugador, algo tenía que las traían locas. Incluso en la intimidad, el pata lejos de ser un seductor entrenado, se proyectaba como un salvaje, con risitas cachacientas y atrevido ladronzuelo de besos y caricias.


¿Personalmente no me he cruzado con muchos de esta especie, pero si con alguno que siendo sincera y a pesar que lo niegue, presiento que sus actitudes patanescas no son sino una careta falsa y mal pintada de lo que en realidad es, un chico alegre y con buenas vibras, que cuando quiere puede tornarse divertido y cuando no, un patán de siete zuelas, a quien provoca agarrar a chicotazo limpio.


¿Y lo que es peor, en algunos casos, se rompen relaciones con chicos mucho más tranquilos, sensatos y hasta maduros por enredarse con estos, que parecen haber sido producidos en serie y bajo el copyright: soy un patán y haré que te enamores de mí, sufrirás, llorarás pero aún si, me amarás. Paso.


¿Y el drama no termina ahí sino que, no contentas con tanta bofetada emocional, algunas empiezan a creer el cuento de que su misiòn en esta tierra es hacerlo cambiar de actitud, creyendo firmemente que el amor que sienten por él es suficiente para que deje la patanería y entienda de una buena vez que no se necesita una dosis extra de drama para llevar una relación amorosa.


¿En fin, siempre digo, cada loco con su tema, felizmente estuve ahi, a escasos centímetros de pasar esa delgada línea y creerme yo también ese cuento, pero pasó una palomilla salvadora, de esas que entre copas te piden un beso y resetean tu disco duro cardiaco.

Y que sean felices para siempre...

Irse despidiendo de los 20 y entrar a los 30 sin un aro en el dedo es un tema que ha colocado a mi circulo de amigas en dos bandos: las que se quieren casar (incluso tomando la decisión unilateralmente, aunque suene desesperado) y las que -voz en cuello- rehuyen del tema y prefieren esquivarlo con una sonrisa sarcástica o una negación a media voz. Yo, me declaro espadachina de este último bando. ¿la razón? creo que el bichito del matrimonio cogió sus chivas y se mandó a mudar y por el contrario, otros bichos -mas desaforados- se instalaron en mí.

Junio 2009 y a la fecha, he respirado muy cerquita el stress ocasionado por la muy bendita ceremonia en la existencia de varias amigas. Vaya desgaste de energía, los ánimos a mil, las correrías por doquier, too much for me, pensé. Pero igual escuchaba cada uno de sus lamentos, de sus avances, de sus frustraciones pero también de sus alegrías. Las veía sonreir de nervios, de complacencia, de ilusión y yo reia con ellas.

Al reloj parece que se le acortaron las manecillas y los partes iban cayendo uno a uno sobre mi escritorio. Fechas agendadas para la búsqueda del vestido, de los zapatos, de la fuck cartera de matrimonio en donde todo entra con las justas, del lugar donde me arreglen las puntas horquilladas y disimulen mis ojeras. Que el regalo, que la despedida, que el shower, Dios! y de paso, escuchar a las novias quejarse que todo es un gasto, que cuchucientos soles por aqui, otros cuchucientos por alla, pero al final, felices de saber que es por amor y para toda la vida, porque asi lo dijeron, con una sonrisa, el dia de sus bodas.

Tal parece que el destino quería refregarme en la cara, la felicidad que engloba la planificación de un evento, que sella un amor entre dos personas para siempre. Daba cuenta que mientras ellas se aferraban cada vez más a la idea de compartir su vida con otro, pensando en cada detalle de ese día, yo deambulaba en una relación en mitad de la nada y la felicidad de a puchos. ¿Podría yo estar algún día así? ¿Podría dejar de lado mi terrible mal humor de estresada para pensar solo en esa felicidad eterna? ¿sería capaz de invertir un chupo de plata para decirle a la sociedad entera que ya no soy más esa solterona, que se divierte con otras amigas solteronas o aspirantes a afán?

Curiosamente dos de los chicos con los que he salido ya hace unos años, ahora son felices príncipes consortes. ¿Acaso pude ser yo la Sra.xy o la Sra yx? De ser así, ya hubiese pisado tierras australianas o viviese en un bonito departamento miraflorino. Pero no, sigo viviendo con mis viejos y lo más lejos que ha llegado ha sido una bonita playa uruguaya, osea tan cagada todavia no estoy. Ja.

Pero bueno, asumo que los partes seguirán llegando y las correrias para el atuendo de ese dia que -mano en el pecho, luego del stress- me hacen sentir riquisima, serán bien compensadas con la comelona, los brindis, los flashes, los bailes, y toda la algarabía que siento de ver a esas niñas cumpliendo aquel sueño que también tuve, pero que se fue desvaneciendo y ahora cobijo con nostalgia y veo como una realidad posible pero sin mucho ruido.

marzo 07, 2009

No importa que Ud sea menor que yo

Cuando cumplí 21 años, recibí una tarjeta de mi mejor amiga con un mensaje que me causó una sonora carcajada: !Estamos viejas! Debemos buscar sangre joven para permanecer bellas. Y en actitud profética, seis años después, estoy inmersa en una relación con una persona, tres años menor que yo. Todo por la belleza, ja!

Bromas aparte, en ese tiempo, lo escrito no pasó de ser más que una anécdota, pero sarcásticamente esto se volvió una realidad. Embarcarme en esta nueva experiencia amorosa me ha costado chantarme, con toda la sinvergüencería del caso, que me gasten un sinfín de bromas, chapas, indirectas, miradas inquisidoras, etc, etc. Incluso amigas muy cercanas siempre están con la lanza afilada para sacarme al fresco y preguntarme -sin asco- acerca del futuro de esta relación.

Pero en fin, prefiero nadar contra la corriente y ver qué sucede. Sin embargo, no han sido pocos los minutos que ´pegada´ en la combi, me he puesto a pensar los beneficios y perjuicios que una relación con una persona menor –siendo mujer claro está- me puede traer. Incluso me cuesta creer que chicas de mi generación prefieran mantenerse solas antes de si quiera intentar salir con un chibolo. ¿Para qué? ¿A qué me lleva eso? son interrogantes que deambulan martillantes en sus cabecitas. O sea en definitiva, les aterra la idea de que el chibolo en mención les mueva el piso, se los sacuda, se los baldee y encima las dejen. Quizá, uno mayor, un treinton medio webas pero con un presente definido y un futuro promisorio si pueda hacerlo, pero un chibolo JAMÁS.

Problemas hay y habrán, quizá un día él venga con todas las ganas del mundo de pegarse ´la bomba de su vida´ y tú simplemente estás cansada o incluso ya tienes varias en tu haber o quizá empiece a contarte las jodas que hace con sus amigos, y tú -con sonrisa sostenida- lo escuchas pero pensando que las tuyas fueron mejores. Si pues, los años pasan y no en vano. Eso ya lo viviste. Eso ya fue para ti, pero para él es su ahora.
También debes reconocer que tu mente ya está volando de cómo quieres entrar a los 30, si acaso ya no estás en ellos. Tus relaciones familiares, laborales, amicales y amorosas buscan establecerse, mientras que las de él están en todo el proceso de descubrimiento, del probar de esto y de aquello. De dejar cosas inconclusas, y de emprender nuevos asuntos. Lidiar con todo eso, tragarse estos sapos, no es un negocio fácil ni rápido, toma su tiempo y quizá las ganas de mandar todo al cuerno te pasen más de una vez por la cabeza, pero también tienes cosas a tu favor.

Una relación con una persona menor, quieras o no te brinda nuevas luces de determinada situación, empiezas a tomarte la vida más a la ligera y con ello no es que te vuelvas un inmaduro, pero sientes que la tolerancia se va colando de a poquitos en tu vida, sientes que la vida no es solo una proyectada a mil por hora, sino que se construye de a puchos y con su buena dosis de irreverencia para meterle sazón.

Quizá todo este floro no suena convincente para mis contemporáneas y en efecto, respeto su decisión de mantener a los 'infantes' a cincuenta metros a la redonda. Sin embargo, en esta era posmoderna, donde todo termina siendo simulacro de una realidad, donde los referentes se muestran ausentes y donde Madonna se exhibe con un novio veinteañero y unos ejercitados brazos, el tener una relación con un chibolo no debería, digo DEBERÍA, ser algo de qué espantarse, pues más allá de toda cuestión sociocultural, es sólo una opción, y como todas, trae sus pro y sus contras.

Sin embargo, en tiempos en los que priman otras cuestiones en la vida en pareja, la diferencia de edades no es la piedrita en el zapato para avanzar en la senda amorosa. Diferencias habrán siempre, y es muy cierto que la edad y sobre todo la experiencia personal es un factor importantísimo, pero chicas, levantarse mojada de vez en cuando y no en sentido literal, no resulta tan malo.

Encuentros cercanos con el EX tipo

Todo aquel que ha tenido una ruptura amorosa se imagina el día en el que se encontrará con el o la ex. Sea tarde o temprano, ese día llegará y créanme que se necesita estar preparado para que no te agarre un calambre en la cara y te quedes en pose 'garrotera' para cuando ello suceda.



Luego de digerir la idea, vas cavilando en 'la reacción'. O sea no te puedes vender como un sufrido pero tampoco como un hipócrita 'ya lo superé'. Claro que ésta depende de cómo se terminó la relación, es decir, si fuiste el choteador o el choteado; porque creénme que para cada uno de estos estados, la actitud no será la misma.



Pongámonos en el primer caso: EL CHOTEADOR. Personalmente creo que este rol tiene sus paltas un poco más manejables. Fuiste tú quien rompió palitos, el o la que dijo: 'no eres tù, soy yo' , 'tomémonos un break', ' estoy confundido', y bla bla bla, recolectaste floros de tus amigos y amigas y armaste el tuyo propio, el que te sonara más convicente y zas, metiste el puñal y agazapadamente fuiste escabuyéndote de espacios comunes, léase: messenger, facebook, HI 5, reus en común, etc.



Si fuiste el choteador, encontrarte con un ex, más que incomodarte podría hacerte sentir lo miserable que puedes ser como persona, claro en el caso que te jugó limpio, y que sabes que aún siente algo por ti, pero que tú querías tirar la toalla. Pero, si crees que debiste abrirte de esa relación despues de tanta zancadilla sentimental, pues la sensación de tranquilidad y tu aire canchero pueden ser el mejor ambiente para el encontrón.



Ahora pongámonos que tú fuiste EL CHOTEADO, al que bajaron de la combi habiendo pagado pasaje completo. Escabuirte entre la multitud, habiendo ya cruzado miradas con el o la susodicha, no es una buena reacción. Hacerte el webon, mirando tu reloj, jugando con tu celular, viendo vitrinas, cambiándote de vereda, tampoco me han resultado buenas reacciones, porque tu ex nada tiene de cojudo.



Entonces ¿qué te queda?, nada pues, pasar saliva, evitar que las venas de tu cara se engrosen y coloreen más de la cuenta (eso se logra con respiraciones más pausadas) y pensar en cuestión de segundos un saludo cordial, que no te pinte como un hipócrita 'ya lo superé' o un pobre sufrido.



La situación podría complicarse aún más si, al costado de tu ex, ves al tipo o a la tipa que te arrebató lo que alguna vez, fácil en total éxtasis, dijiste que sería tuyo por siempre. Aquí las variables a considerar serían: el tiempo que ha pasado desde la ruptura, el tiempo de la relación que tuviste, y lo que has averiguado o sabes acerca de su nueva relación, es decir, quieras aceptarlo o no, uno siempre quiere saber cómo le va con el otro o con la otra.



Sea como sea, sería mejor ponerse a pensar en este panorama, antes que se aproxime sin previo aviso. En mis encontrones con los ex, reconozco haber estado en ambos bandos, los encuentros han sido fortuitos en su mayoría y podría describirlos como sazonados con saludos cojudones e hipócritas, quiebres fonéticos y encaletadas mentadas de madre (para ambos). Sin embargo, nada fue tan grave ni insuperable. Héme aquí, sobreviviente de este tipo de encuentros cercanos (aunque no tanto) con el Ex tipo.