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mayo 12, 2007

El juego del Back up


En tiempos de modernidad tecnológica, infinidad de passwords, muy navegables hi 5’s y blogs de todo calibre es imposible no pensar en tener un back up de todo lo que creemos que si perdiéramos en un momento, parte de nuestras vidas se haría humo.

Sin embargo, semanas atrás, descubrí que el tan valioso back up puede ser de carne y hueso, tomarse unas chelas contigo, bailar pegadito, tararear el reggaeton de moda y porque no, ser tu amante bandido en ocasionales encuentros. Es decir, el back up llegó a salvarte la noche, mas no la vida.

Bitchesco, -perruno quizá- concepto para aquellos y sobre todo aquellas que se horrorizan con la idea de tener un amante de turno, con el cual solo se puedan compartir fluidos en ciertas circunstancias. No pues, tampoco tampoco. No estamos hablando de un pene delivery o vagina para llevar, solo nos remitimos a decir que algunos, y no solo los solteros y solteras, tienen una persona que les mueve la cola cuando de portarse mal se trata.

El hecho en sí, consiste en tener a alguien especial, quizá resulte más válido o haya menores paltas si se trata de un amor del pasado en lugar de un choque y fuga o quizá de ese compañerito de escuela que te sapeaba las piernas en clases. Como decía no es cualquier persona, ni tampoco es la llamada de todos los Saturday’s night. El back up está ahí, latente, dispuesto, para gozar y ser gozado. Punto, no hay más vuelta que darle.

Tampoco nos hagamos los fríos y asumamos que la cuestión es lavar y usar. El back up tiene un pasado (fácil que ahí estuviste), un presente (no dudes que estás en él) y un futuro (no te asegures en él), por tanto hay motivos para la conversa e incluso un despliegue de sentimientos es permitido siempre cuando ninguna de las dos partes se empile más de la cuenta.

Con las reglas conocidas y las cartas sobre la mesa, el juego del back up no puede ni debe convertirse en vicio. Digamos que es una cuestión circunstancial, muy open mind, e incluso muy sincera, sin medias tintas y por supuesto exceptuada de todo compromiso. Un free lance oportuno y si lo manejas bien sin perdedores de por medio.

Aunque puede sonar a una medida desesperada, el back up no tiene porqué llegar a serlo, nada gira en torno a él, es sólo una relación pasajera basada en la química sexual, porque cuando de amor se trata, digamos que la cuestión se enfría. Y conociendo que para jugar se necesitan dos, ¿te animarías a ser tú también un back up, y ‘sostener’ momentáneamente a alguien? ¿O te quedas en el banco, sobándote las manos y relamiéndote los labios?

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